El diseño como espejo, cuerpo y relato
Reflexiones sobre The Auto-Ethnographic Turn in Design (Louise Schouwenberg & Michael Kaethler, Valiz, 2021).
Editorial: Enigma Creative
Hay libros que no se leen: se reconocen. The Auto-Ethnographic Turn in Design es uno de ellos. No llega a explicar el diseño desde afuera, sino a filtrarse en la zona íntima donde el pensamiento se vuelve gesto y donde la práctica deja rastro en el cuerpo. Es un libro que se mueve hacia dentro, hacia ese territorio donde diseñar es también narrarse, hacerse evidente, dejar que la experiencia determine la forma.
“¿Y si el diseñador se volviera su propio campo de estudio?”, pregunta Louise Schouwenberg.
En esa pregunta el diseño deja de ser un acto instrumental y se vuelve un acto de presencia.
El libro plantea que lo proyectual nace, inevitablemente, de un cuerpo situado. De un origen afectivo, histórico, cultural. Todo diseñador trabaja desde cicatrices, herencias, imaginarios, tensiones. Y cada material —cada fibra, cada error, cada textura— lleva inscrita una versión de esa historia.
El yo como territorio de diseño
La primera sección del libro desmonta la idea de que el diseño es neutral. Nada en la práctica del diseño proviene de un vacío. Cada decisión está tejida con memoria: formas de habitar, silencios, hábitos, educación, desplazamientos. Aquí el “yo” no es un monólogo, sino un instrumento para percibir el mundo.
Lo autoetnográfico no aparece como método, sino como una manera de sostener la mirada. De prestar atención a las fuerzas que moldean cada proyecto: afectos, contradicciones, historias no dichas.
“El hacer revela lo que todavía no alcanzamos a nombrar”.
El libro sugiere que diseñar desde el yo es reconocer que lo íntimo y lo social son inseparables; que la creatividad es también una forma de memoria.
El material como memoria del cuerpo
Una de las contribuciones más hermosas del libro es su reflexión sobre la materialidad. Los materiales —texturas, errores, remiendos— no son meros soportes, son huellas del cuerpo.
“El material recuerda lo que el cuerpo sintió al hacerlo”.
Lo autoetnográfico se manifiesta en esa huella, en esa memoria táctil que registra procesos afectivos tanto como procesos técnicos. El libro muestra proyectos donde el objeto se convierte en archivo emocional, en superficie que condensa gestos vividos.
En Enigma, esta sensibilidad ha encontrado ecos en proyectos como Lotería Califerne, donde la construcción visual y simbólica está atravesada por experiencias que no sólo observan el territorio, sino que lo sienten: afectos, humor, contradicciones e imaginarios. Además de plantear al diseño como relato cultural y emocional; es un diseño que recoge memoria, gesto y pertenencia.
Del yo al nosotros
Cada intento por diseñar un mundo mejor deja rastros, incluso cuando fracasa. El libro rescata el valor del error como evidencia del proceso: una forma de aprendizaje situada. Desde las comunidades autosuficientes de los setentas hasta los FabLabs contemporáneos, cada experimento amplía el campo de lo posible.
Utopia is a direction, not a destination.
En la frontera, donde lo efímero y lo provisional son parte de la identidad, esta lección resuena: diseñar puede ser un acto utópico incluso cuando el resultado es imperfecto. La persistencia se vuelve forma; la imaginación, resistencia.
Diseñar para comprenderse
La selección de obras incluidas en Projects & Practices amplía esta mirada. Reúne ejemplos donde el diseño funciona como una forma de investigación encarnada, proyectos donde las emociones, los temores, los deseos y las tensiones se traducen en forma.
El libro cierra con una frase que condensa su espíritu:
“Hacer para comprender”.
Una afirmación que resuena con nuestra mirada del diseño como una red en movimiento: sistemas de relaciones entre humanos, materiales y símbolos. Desde esta perspectiva, cada gesto proyectual interviene un tejido más amplio; modifica el mundo que lo sostiene.
Diseñar es componer, no dominar. Escuchar, no imponer.
Mapa conceptual — El diseño como espejo, cuerpo y relato:
Yo ↔ contexto: lo personal no es contrario a lo social; lo encarna.
Cuerpo ↔ material: el hacer es pensamiento encarnado.
Relato ↔ comunidad: toda historia individual se entrelaza con otras.
Vulnerabilidad ↔ empatía: el diseño como acto de cuidado mutuo.
Reflexividad ↔ transformación: observarse diseñando es también transformarse.
En síntesis
“El diseño no siempre debe explicar el mundo. A veces, basta con experimentarlo desde dentro”.
El cierre del libro resume su espíritu con claridad: “Hacer para comprender”.
Esta frase resuena con los ejes de nuestra línea editorial 2025:
el diseño como ideología y responsabilidad hacia el futuro, y
el diseño como reflexión situada sobre uno mismo y los vínculos que nos conforman.
Diseñar es intervenir redes —humanas, no humanas, materiales, simbólicas— sabiendo que toda intervención transforma. No es un acto de dominio, sino de composición. No busca totalidades: busca relaciones.

