Después del viaje: aprendizajes y proyecciones tras la London Design Biennale, el World Design Congress y Zagreb Design Week

London Design Biennale 2025, Somerset House. Foto: Arturo Elenes.

Editorial: Enigma Creative

Diseño como comunidad y práctica

En nuestra línea editorial hemos mirado el diseño desde distintos ángulos: la incertidumbre como punto de partida, el objeto como manifiesto y el diseño como espejo, cuerpo y relato.
Este cuarto texto ocurre después de algo que no cabe sólo en los libros: un viaje.

Londres, Zagreb y de nuevo nuestra región. No son capítulos aislados, sino una misma pregunta extendida: ¿qué significa diseñar —y diseñarse— cuando el mundo cambia de rumbo más rápido que nuestros planes?

Mientras el mapa geopolítico se endurecía y las promesas regionales que imaginábamos posibles en 2024 tomaban otros caminos, entendimos algo =incómodo pero honesto: las colaboraciones cambian, la resistencia se transforma y la esperanza también tiene que rediseñarse.

En una ciudad de resiliencia como Tijuana, sostener conexiones requiere hoy un esfuerzo distinto. A veces parece que todo se teje para que ciertos encuentros no sucedan… y aun así, encontramos maneras de abrir rendijas. Desde este lugar escribimos este “después del viaje”.

1. Lo vivido: momentos clave y vínculos que permanecen

London Design Biennale: Play Borderisms y el prisma del mundo

En la London Design Biennale, el diseño se desplegó como un idioma compartido entre más de 50 países. Play Borderisms ocupó un lugar particular en ese paisaje; se trata de una pieza audiovisual que habla de vivir entre fronteras no como metáfora fácil, sino como condición cotidiana, compleja y profundamente humana.

La reacción fue clara, hubo una curiosidad genuina y muchas conversaciones. Preguntas sobre movilidad, pertenencia, violencia, burocracia y afectos. Para muchas personas, la frontera seguía siendo un borde lejano; para nosotros, era traer al Somerset House un pedazo de casa.

El contexto que rodeaba nuestro pabellón amplifica esa sensación.
Pabellones como Omán (“Memory Grid”), Nigeria (“Hopes and Impediments”), Perú (“Hæirloom”) o Polonia (“Records of Waiting”) insistían, cada uno a su manera, en temas que también nos atraviesan:

  • Memoria, ritual y cuidado

  • Identidad, pertenencia y migración

  • Tecnologías ancestrales

  • Tiempo, espera y desigualdad

  • Estética como lenguaje político

Play Borderisms dialoga con todo eso, no tanto por similitud formal, sino porque compartimos obsesiones: ¿qué recordamos?, ¿cómo resistimos?, ¿qué historias quedan fuera del encuadre?

La experiencia en LDB también es una lección práctica: el peso del apoyo diplomático, la importancia de aprovechar charlas y actividades alrededor del pabellón, la necesidad de simplificar el relato sin traicionar su complejidad, la diferencia entre sólo “estar en una bienal” y realmente usarla como plataforma para hacer crecer un proyecto como Play Borderisms.

World Design Congress: Design for Planet y el vértigo de lo sistémico

Unos meses después, el World Design Congress en el Barbican Centre, fue otra forma de descolocarnos. Bajo el lema Design for Planet, la conversación no giró en torno a tendencias, sino a la crisis climática y a la urgencia de reimaginar sistemas enteros.

Jane Goodall abrió el encuentro con una frase que todavía resuena:

“Dejen que la Madre Naturaleza sea su codiseñadora. Ella no desperdicia nada. Equilibra cada sistema. Crea belleza con propósito”.

No era un gesto poético; era un llamado técnico y ético a admitir que diseñar contra los sistemas naturales es insostenible.

A lo largo del programa, voces como Indy Johar, Mariana Mazzucato, Kate Raworth, Norman Foster, Thomas Heatherwick, Justin McGuirk, Brian Eno y Tori Tsui insistieron en algo que llevamos tiempo intuyendo desde la frontera: el diseño ya no puede limitarse a resolver problemas humanos en abstracto; tiene que pensar en relaciones, infraestructuras, economías, afectos y futuros compartidos.

Hubo palabras duras: genocidio del futuro, economías extractivas, colapso.
Y al mismo tiempo, una defensa radical de la esperanza como práctica: imaginar futuros plurales con rigor, diseñar políticas públicas, materiales, ciudades y culturas que no se construyan sobre la negación de otros cuerpos y otros territorios.


Zagreb Design Week: la ciudad como taller vivo

En Zagreb Design Week, el diseño apareció pegado a la ciudad: talleres independientes, iniciativas estudiantiles, proyectos que habitan los márgenes entre arte, arquitectura y activismo urbano.

Más que una gran narrativa institucional, lo que encontramos fue una constelación de prácticas pequeñas pero insistentes: diseño que emerge de la vida diaria, del barrio, del ensayo, del error. Allí también se confirmó algo que reconocemos en Tijuana: cuando los contextos son complejos, el diseño más interesante suele nacer de quienes no pueden darse el lujo de la neutralidad.


2. Lo aprendido: hallazgos y desplazamientos

a) El diseño como práctica de cuidado

Después de estos espacios, la idea se vuelve nítida: diseñar es cuidar. Cuidar materiales, cuerpos, territorios, tiempos, memorias. Cuidar también las relaciones que hacen posible que un proyecto exista.

“Diseñar(se)” como se propone  en el tema de Tijuana Design Week 2026, es reconocer que toda acción creativa transforma tanto al mundo como a quien la crea: del yo al planeta, en una misma red de consecuencias. 

Esta perspectiva dialoga con lo que ya exploramos en textos anteriores:

  • El diseño como ideología y responsabilidad hacia el futuro.

  • El diseño como relato situado.

  • La urgencia de imaginar futuros posibles y responsables.

Pero ahora deja de ser sólo una reflexión teórica: se encarna en decisiones concretas sobre cómo transitamos, con quién colaboramos, qué mostramos, qué sacrificamos, qué insistimos en sostener.

b) Frontera como método, no como tema

Play Borderisms nos recordó que la frontera no es “un tema interesante” para llevar a una bienal; es una forma de conocimiento.

Vivir entre sistemas legales, económicos, lingüísticos y afectivos que se contradicen obliga a diseñar distinto: con redundancias, con planes B, C y D, con conciencia de riesgo, con imaginación defensiva y también con alegría obstinada.

Esta mirada transfronteriza se volvió legible en Londres y Zagreb, muchas de las conversaciones que tuvimos nos confirmaron que lo que desde aquí parece “normal”: espera, trámites, violencia administrativa, distancias invisibles, en otros lugares es visto como laboratorio para repensar políticas, pedagogías y formatos de diseño.

La frontera es un método porque obliga a sostener interdependencias incómodas y a asumir que el diseño nunca es neutral: siempre toma partido, aunque calle.

c) Un mundo que se reconfigura mientras caminamos

Entre 2024 y 2026, las condiciones geopolíticas de nuestra región cambiaron lo suficiente como para desviar rutas que dábamos por posibles: alianzas que se diluyeron, proyectos que mutaron, estrategias que tuvieron que redibujarse.

No es que antes el esfuerzo fuera menor; es que ahora la fricción es más visible.
Hay días en los que todo parece organizarse para que ciertas conexiones no ocurran. Y, sin embargo, seguimos encontrando grietas por donde se cuela la colaboración.

Este “desacomodo” también nos ha movido hacia una pregunta más honesta: ¿cómo seguir diseñando desde una ciudad resiliente sin romantizar la precariedad, pero sin renunciar a la potencia colectiva que ya existe?

La respuesta no es clara, pero el viaje nos dio pistas: trabajar más en red, cuidar mejor los vínculos que sí funcionan, compartir herramientas, sostener procesos a largo plazo aunque el entorno tiemble.

3. Lo que sigue: Diseñar(se) del yo al planeta

De este cruce entre experiencias internacionales y cambios locales nace el tema de Tijuana Design Week 2026: «Diseñar(se): del yo al planeta. De una vez: la urgencia de imaginar otro futuro».

No es un lema decorativo; es una síntesis de todo lo anterior:

  • Del yo: porque el diseño es siempre situado, encarnado en cuerpos, biografías, historias personales. No diseñamos desde un vacío.

  • Al planeta: porque cada decisión —material, formal, narrativa— proyecta un mundo posible y afecta sistemas más amplios de lo que alcanzamos a ver.

  • De una vez: porque no podemos seguir aplazando la imaginación de otros futuros. La urgencia ya está aquí.

A partir de este marco, los próximos pasos de Enigma Creative se organizan en tres líneas:

a) Profundizar Play Borderisms como plataforma, no solo como pieza

  • Desarrollar la instalación física del proyecto, llevando al espacio expositivo aquello que el video insinúa: la densidad de las fronteras, los cuerpos y las esperas.

  • Fortalecer las alianzas y el financiamiento necesario para que Play Borderisms circule en contextos binacionales e internacionales, no como “caso exótico”, sino como contribución crítica al discurso global sobre migración y pertenencia.

  • Seguir construyendo el archivo de fronteridades, cuidando que no se vuelva sólo recopilación, sino herramienta para imaginar políticas, pedagogías y prácticas de cuidado.

b) Reorientar Tijuana Design Week desde el cuidado y la interdependencia

Con el tema 2026 damos un paso más allá de la celebración del diseño como industria creativa. Queremos:

  • Abrir espacio a proyectos que entiendan el diseño como práctica regenerativa: que reparen, reconecten y reimaginen.

  • Invitar a voces que trabajen desde la educación, la ciudad, el arte, la tecnología, la salud, el clima, la economía pero siempre con una pregunta común: ¿qué mundo proyecta tu práctica?

  • Articular actividades donde teoría y experiencia se encuentren: charlas, talleres, laboratorios, residencias y formatos híbridos que acompañen procesos más largos, no sólo eventos puntuales.

c) Diseñar prácticas, no sólo proyectos

Después del viaje, la lección quizás más fuerte es esta: lo que sostiene el cambio no son las piezas aisladas, sino las prácticas que las hacen posibles.

Para Enigma Creative, eso significa:

  • Cuidar la continuidad de nuestras redes locales y transfronterizas.

  • Apostar por programas que formen, conecten y acompañen: desde estudiantes hasta liderazgos comunitarios.

  • Documentar con rigor (texto, foto, video) lo que estamos construyendo, no como archivo muerto, sino como herramienta compartida.

  • Seguir escribiendo: sostener este espacio editorial como una forma de pensamiento en voz alta, donde la teoría se deja tocar por la experiencia.

Después del viaje, diseñarse

Volver a Tijuana después de Londres y Zagreb, es un reencuadre. Vemos la ciudad con más claridad, con sus límites, heridas y potencia.
También nos vemos a nosotros de otra manera; como parte de una red más amplia de personas y proyectos que, desde distintos territorios, están intentando lo mismo: cuidar, imaginar, insistir.

“Diseñar(se): del yo al planeta” no es una consigna para un año, es una práctica que empieza en lo íntimo; en cómo trabajamos, colaboramos, nos organizamos y se proyecta hacia aquello que aún no existe.

La urgencia de imaginar otro futuro ya no es teoría, es el clima, las fronteras, las violencias, las oportunidades que se abren y se cierran. En medio de todo eso, elegir diseñar sigue siendo elegir cuidar.

Y desde esta ciudad que se rehace todos los días, queremos seguir haciéndolo acompañados.

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El diseño como espejo, cuerpo y relato